sábado, 12 de enero de 2013

Sensaciones para tu sueño








Vivo en un mundo de sensaciones constantes, como no...albas y negras, si empleamos el lenguaje bucólico. Hoy me traslado a esas sensaciones níveas que tanto nos hacen disfrutar, ese espacio que cuando menos te lo esperas llega a tus círculos y te abre las tangentes para que flote tu alma.

Sí, es verdad, he tenido un día maravilloso, de esos que suceden muy de vez en cuando, de esos que dejan las rosas en las páginas de tu diario y hacen que tu pluma sonría, sin tener labios. 

Por eso quiero volar hoy con mis palabras contigo otra vez, con ese alma mía que está bailando sin parar, con ese sueño que comienza en esta noche que se torna cálida y suave. 

Eres tú...sí tú que ahora duermes, que abrazas la noche buscando tus sueños, respirando la luz de las estrellas que sólo son las sombras del amor que quedó entre los huecos de nuestros cuerpos, entre la luz tenue que pasaba entre nuestras miradas cuando se fundían nuestras manos,  cuando tus vellos no eran tuyos  porque jugaban a ser bandidos en sierras perdidas de mi cuerpo. 

Mi pequeño y gran bandolero que usurpas las sienes de mi ser. Mi gran y pequeño pirata que surca los mares secretos de mi alma. Abres los cielos de esta mujer que escribe y te ama. Cierras compuertas que no valen para nada.  Este es nuestro mundo, nuestra pequeña isla, donde esa luna que miramos embobados noche tras noche quiere más a su sol que es nuestro rumbo, cuando se esconde tras el mar y dibuja de caricias el cielo para poder amarnos. 

Hoy me fui alejando de ti, sin pena, sin una lágrima, sin un desconsuelo en mis manos, porque me he sentido una mujer amada, una mujer que caminaba un rato diciéndose a sí misma: estoy plena de caricias, lo huelo, lo siento...tengo su mirada en mis pestañas, sus manos en mi espalda y mi piel abrazada. 

He vuelto a sentir lo que es la posesión del amor "sin armas", cuando tu cuerpo se acerca al mío sin armaduras, ni flechas, ni espadas, cuando mi cuerpo se acerca al tuyo sin bengalas, ni fangos, ni máscaras...esas son  mis sensaciones blancas, las que desnudan no sólo el talle sino el alma, las que cuando tu boca se acerca a la mía, siente que es su casa y los dos alientos son una suave brisa que traspasa cualquier definición de lo que es un beso. He vuelto a sentir que mi piel se hermana a la tuya como si hubiesen jugado a la comba en la infancia, como tu mejilla y la mía se unen para amarse una vez más. 

Sé que puedo caminar de nuevo descalza sobre tus pies porque son esas huellas las que busco constantemente. Mis curvas buscan tu desnudez como el río al mar, como la arena al sol cuando la templa, como esa poesía que intenta regular un amor que se desorienta. 

Te amo tanto....

Y sigues siendo ese hombre independiente que surca la vida con tu madurez en placas de Petri, y conserva la inocencia de ese adolescente imberbe. 

Y sigo siendo esa mujer no dependiente que navega por la vida con la madurez en crecendo y recreando esa inocencia que sabía que la tenía pero no sabía dónde.

Te quiero tanto...

Te dejo unos momentos nada más que tengo que hacer una trenza con mi pelo para conservar todas las caricias que hoy has dejado en él. 
Te dejo que voy a encerar mi cuerpo para retener las huellas de tus manos y el sonido de tu piel cuando has bailado con la mía. 
Te dejo que voy a sellar mis labios con un sueño que me deje el sonido de tus te quiero a la sombra de mis dientes. 

Te necesito tanto...


Te dejo que aún tengo un sostenido en mi cuerpo desigual.



Siempre...es eterno.



¿Recuerdas?





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