viernes, 23 de marzo de 2012

El libro de los abrazos







"Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende."  


                                                                                                                                                                                 Eduardo Galeano



miércoles, 21 de marzo de 2012

...Porque el tiempo es vida




"Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. 
Esta cosa es el tiempo. 
Hay calendarios y relojes para medirlo, pero eso significa poco, porque todos sabemos que, a veces, una hora puede parecernos una eternidad, y otra, en cambio, pasa en un instante; depende de lo que hagamos durante esa hora.
 Porque el tiempo es vida. 
Y la vida reside en el corazón."



 Michael Ende

domingo, 18 de marzo de 2012

Mañana es la única utopía




Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo...
¡Qué importa eso!
Tengo la edad que quiero y siento.
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido.
Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la
convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!
No quiero pensar en ello.
Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo.
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo
que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer
lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos
y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven, no lo lograrás.
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero
con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones
se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse
en el fuego de una pasión deseada.
Y otras en un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues
mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino
derramé al ver mis ilusiones rotas... valen mucho más que eso.
¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!
Lo que importa es la edad que siento.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.




                                                               José Saramago  


The Artist

martes, 13 de marzo de 2012

De amor y de sombra.-Isabel Allende







"...Ella notó el cambio en su respiración, levantó la cara y lo miró. En la tenue claridad de la lunacada uno adivinó el amor en los ojos del otro. La tibia proximidad de Irene envolvió a Francisco como un manto misericordioso. Cerró los párpados y la atrajo buscando sus labios, abriéndolos en un beso absoluto cargado de promesas, síntesis de todas las esperanzas, largo, húmedo, cálido beso, desafío a la muerte, caricia, fuego, suspiro, lamento, sollozo de amor. Recorrió su boca, bebió su saliva, aspiró su aliento, dispuesto a prolongar aquel momento hasta el fin de sus días, sacudido por el huracán de sus sentidos, seguro de haber vivido hasta entonces nada más que para esa noche prodigiosa en la cual se hundiría para siempre en la más profunda intimidad de esa mujer. Irene miel y sombra, Irene papel de arroz, durazno, espuma, ay Irene la espiral de tus orejas, el olor de tu cuello, las palomas de tus manos, Irene, sentir este amor, esta pasión que nos quema en la misma hoguera, soñándote despierto, deseándote dormido. vida mía, mujer mía, Irene mía. No supo cuánto más le dijo ni qué susurró ella en ese murmullo sin pausa, ese manantial de palabras al oído, ese río de gemidos y sofocos de quienes hacen el amor amando.


En un destello de cordura él comprendió que no debía ceder al impulso de rodar con ella sobre la tierra quitándole la ropa con violencia y reventando sus costuras en la urgencia de su delirio. Temía que la noche fuera muy corta y la vida también para agotar ese vendaval. Con lentitud y cierta torpeza, porque le temblaban las manos, abrió uno por uno los botones de su blusa y descubrió el hueco tibio de sus axilas, la curva de sus hombros, los senos pequeños y la nuez de sus pezones, tal como los había intuido al sentir su roce en la espalda cuando viajaban en la moto, al verla inclinada sobre la mesa de diagramación, al estrecharla en el abrazo de un beso inolvidable. En la concavidad de sus palmas anidaron dos golondrinas tibias y secretas nacidas a la medida de sus manos y la piel de la joven, azul de luna, se estremeció al contacto. La levantó por la cintura, ella de pie y él arrodillado, buscó el calor oculto entre sus pechos, fragancia de madera, almendra y canela; desató las cintas de sus sandalias y aparecieron sus pies de niña, que acarició reconociéndolos, porque los había soñado inocentes y leves. Le abrió el cierre del pantalón y lo bajó revelando el terso camino de su vientre, la sombra de su ombligo, la larga línea de la espalda que recorrió con dedos fervorosos, sus muslos firmes cubiertos de una impalpable pelusa dorada. La vio desnuda contra el infinito y con los labios trazó sus caminos, cavó sus túneles, subió sus colinas, anduvo sus valles y así dibujó los mapas necesarios de su geografía. Ella se arrodilló también y al mover la cabeza bailaron los oscuros mechones sobre sus hombros, perdidos en el color de la noche. Cuando Francisco se quitó la ropa fueron como el primer hombre y la primera mujer antes del secreto original. No había espacio para otros, lejos se encontraba la fealdad del mundo o la inminencia del fin, sólo existía la luz de ese encuentro.


Irene no había amado así, ignoraba aquella entrega sin barreras, temores ni reservas, no recordaba haber sentido tanto gozo, comunicación profunda, reciprocidad. Maravillada, descubría la forma nueva y sorprendente del cuerpo de su amigo, su calor, su sabor, su aroma, lo exploraba conquistándolo palmo a palmo, sembrándolo de caricias recién inventadas. Nunca había disfrutado con tanta alegría la fiesta de los sentidos, tómame, poséeme, recíbeme, porque así, del mismo modo, te tomo, te poseo, te recibo yo. Ocultó el rostro en su pecho aspirando la tibieza de su piel, pero él la apartó levemente para mirarla. El espejo negro y brillante de sus ojos devolvió su propia imagen embellecida por el amor compartido. Paso a paso iniciaron las etapas de un rito imperecedero. Ella lo acogió y él se abandonó, sumergiéndose en sus más privados jardines, anticipándose cada uno al ritmo del otro, avanzando hacia el mismo fin. Francisco sonrió en completa dicha, porque había encontrado a la mujer perseguida en sus fantasías desde la adolescencia y buscada en cada cuerpo a lo largo de muchos años: la amiga, la hermana, la amante, la compañera..."


                                          Isabel Allende, "De amor y de sombra"


lunes, 12 de marzo de 2012

Estaré cerca





Esta noche me senté en el escritorio y encontré mi tintero lleno, mi pluma seca y mi corazón latiendo muy cerca de ese pergamino que esperaba algún garabato con qué vestirlo. 

Y empecé a pensar que podría hablarte con todos estos artilugios que transforman un latido enamorado en esa carta que quizás llegue en un momento donde ese agua que toca la arena vuelve una y otra vez para templar nuestras huellas.

No sé como conjugar algunas palabras que conviertan esta tela en un bello satén donde dejar una caricia que puedas sentir. No sé como abrazar a un verbo para que suene como un susurro cerca de tus labios. Cómo podría lanzar una frase al viento para que recorra tu cabello como cuando mis manos lo hacen entrelazándolo. 

¿Sabe alguien como puede escribirse un beso?

Quiero aprender para escribirte todos los días, los que en mis labios quedan. Tengo mis minutos merodeándote, buscándote, escuchando tu voz muy cerca, haciendo danzar mi pluma, relajando mis labios en la sonrisa, contorneando mi piel esperando la primavera.

Esta noche encontré un ramillete de versos sólo para ti, tienen el color de la aurora, el olor de ese bebé que acaba de nacer, el sabor de tu azahar anacarado, tiene el amor de una mujer que te anhela. 

No quiere dejar de danzar esta algarabía de vocales y consonantes buscando un lazo con qué cerrar este cofre lleno de ilusión que hoy te entrego. 

Hoy es una noche maravillosa...

Cierra los ojos, estaré cerca.

Si tuviese






Si tuviese que buscar
el aroma del mar
me iría a tus pupilas 
para encontrar ese perfume
que absorbes 
cuando tarareando 
guardas nuestros ocasos.

Si tuviese que pintar
un óleo lleno de estrellas
buscaría en tus manos
las que me suben 
al cielo para verlas
en cada caricia
en cada abrazo.

Mis sueños despiertan
con tu mirada inquieta 
buscando mis ojos
buscando mi boca,
si tuviese que volar
entre tus pupilas
están las alas 
que me elevan.

Seguiré con mi sueño,
con rosas en mi almohada,
seguiré navegando
buscando ese rumbo
de mareas de plata
que a ti me llevan.


No quiero




Se escucha esa fina aguja acariciando el vinilo...¿recuerdas esa melodía característica? . No era esa alta definición de hoy, pero algo especial tenía ese quejido de vueltas y vueltas pasadas una y otra vez, un sonido maravilloso. Así son esos recuerdos tuyos, de una calidad inmensurable, suenan en mi mente como un vals que danza de un lado a otro, trayendo la paz y el color de la vida. 

No quiero que se me escape ni un minuto de los que he estado en tus labios, en los que mis manos han jugueteado entre tu pelo, no quiero olvidar esos momentos compartidos en nuestro espacio, en nuestro tiempo, en nuestros cuerpos, susurros...

No quiero dejar que la vida pase por delante de mis ojos sin que pueda seguir soñando con volverte a ver. 


jueves, 8 de marzo de 2012

Ese momento







Sueño con tu sombra
esa que busca tus zapatos
esa que se vuela cantando
que recoge mi alma
y la funde con tu cuerpo.

Sueño con la marea 
que se eleva con tus labios
cuando templan los míos
suavemente en silencio, 
en la penumbra
sobre tu respiración
y mi suspiro. 

Danzan libélulas 
abrazando el viento
en ese momento,
en esa luz que se abre
cuando se abrazan 
nuestras pupilas.

Sueño una vez más
entre tus brazos
sintiendo
esas caricias que nacen
y mueren 
entre tu piel y la mía.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Fragilidad





Fragilidad...

Saber, conocer, observar, analizar, cuidar, sentir, abrazar a un hombre.
A veces, estamos tan inmiscuidos en nosotros mismos que no nos damos cuenta del exterior, desde luego para saber, para percibir, para digerir lo externo es bueno tener un buen mimbre por tus venas y eso te da escuela para poder aprender día a día de qué estamos constituidos cada uno que lee ésto, cada persona que anda por ahí detrás nuestra o delante, ¿qué más da?.

Siempre he escuchado que un hombre debe ser fuerte, indestructible, amurallado, con su máscara de león bien puesta...y con el tiempo te das cuenta de que es una persona, que siente, que llora, ríe, sueña, teme, ama, canta, y no siempre gruñe como el rey de la selva. Mas no están preparados para ello, no saben quejarse, ni llorar, ni decir "me duele", no los han enseñado a caminar por el sendero de la fragilidad, y cuando ésto pasa, pasan desapercibidos. 

Aunque los tercios van cambiando, y la mujer vaya esparciendo sus posibilidades en todos los ámbitos, unos más y otros menos, anda mejor preparada en estos temas, y no quiere decir que uno sea más fuerte que otro, el grano negro surge del discurso social que nos invade aún todos los días, ese que sigue diciendo que los hombres son los fuertes y las mujeres son las "frágiles".
Y aparece esta palabra que titula esta reflexión, "fragilidad", que puede ser sinónimo a débil y quebradizo, sin embargo, todos podemos ser frágiles y fuertes a la vez, no quiero que me digan eres muy fuerte siempre, porque tengo una fracción rotatoria entre esa fortaleza y esa fragilidad. Y eso pasa con los hombres también, aunque su misión por lo visto en este mundo mascarado es ser inaccesible y ¿potente? ¿héroe? ¿espartano?.

Si intentamos ver a las "personas" de manera asexual, podremos ver maravillas y esa mano de fragilidad que todos tenemos, que todos necesitamos, que al hombre también es necesario exteriorizarlo y que no lo llamen "mariposa", con todos mis respetos, somos humanos, a ver si de una vez nos damos cuenta de que cada uno tiene unas cualidades que lo define, pero que no hay que demostrar que nadie es mejor que nadie, que todos sentimos y somos capaz de derramar lágrimas, ya sean de felicidad, ya sean de tristeza. 

Hombres y mujeres, distinto sexo, distinta educación, pero ¿distintos sentimientos? ¿distinto dolor?...

Volvamos a nuestros orígenes, y preguntémonos ¿quién es más fuerte un bebé masculino o femenino?. Si viajamos a la senectud,  ¿quién es más débil un anciano o una anciana?.  

¿Distinta fragilidad?

Reflexionemos