" Las vidas de la mayoría de las personas son pobres y vacías. Aunque puedan poseer muchísimo conocimiento, sus vidas son míseras, contradictorias, infelices, faltas de integridad. Todo eso es la pobreza, y esas personas desperdician sus vidas tratando de hacerse interiormente ricas, cultivando varias clases de virtudes y todo el resto de ese absurdo desatino. No es que no sea necesaria, pero la virtud es orden, y usted solo podrá comprender el orden cuando haya investigado el desorden dentro de sí mismo. Llevamos vidas desordenadas; ese es un hecho. El desorden es la contradicción, la confusión, los diversos deseos agresivos, el decir una cosa y hacer otra, el tener ideales, y la división entre los ideales y uno mismo. Todo eso es desorden, y cuando se da cuenta de él y le presta toda su atención, de esta surge el orden, el cual es virtud, algo vivo, no algo fabricado, practicado y afeado. "
" El estilo impresionista puede así calificarse de pseudobjetivo. El narrador calla para dejar hablar a los personajes. Éstos, a su vez, enmudecen bajo el yugo de sus emociones o lo oneroso de la resignación ante la vida. El mensaje ha de leerse entre líneas. Su intensidad está más en lo que se dice que en lo que se calla. Pero si el silencio de los personajes es así de lo elocuente, no lo es menos el del narrador aparentemente ausente, pues es precisamente el énfasis que pone en marcar una distancia ante lo que los personajes expresan, lo que hace que desde lo recóndito su presencia envuelta todo el relato. No se contenta realmente con ser un espectador imparcial, evitando el sentimentalismo ingenuo que supondría hablar desde dentro del personaje, identificándose con su sentir. Va un paso más allá, marcando una distancia crítica frente a lo que éste dice y hace. "
" Nunca he escuchado en la noche un clavicordio. La luna agita el agua, acaso altere las mareas que habitan la piel en fuga de los hombres, de ahí que escuchemos el desbordar del cuerpo en luna llena. Nunca he escuchado en la noche un clavicordio ni he visto cruzar barcos cargados con pacas de algodón, pero así se desliza la noche en el silencio.
Los trenes tórridos me llevan por países de fiesta sonando canecas de metal que tocan los niños antillanos. Por los túneles de piedra que son corredores de la noche resuena la orquesta de los trenes. Nunca he escuchado en la noche un clavicordio y las gitanas han leído en los mapas de mis manos que nunca viajaré al país de los lotos.
Lejos, algún brujo hace en marfil una mascarilla de la noche.
La noche viaja hasta la blanca estación de los rocíos o pasa su tiempo colocando en los faroles una danza de sombras y membranas. ¡Qué más puedo decirles de la noche! Va de viaje con el viento decretando la abolición de las fronteras, hace un viaje desde Florida hasta el mar de Java, de los mares del sur a los umbrales de mi casa.
Mientras un hombre pasa su lengua tras la estampilla engomada de una reina, la noche me trae cartas de azules lejanías. Algo de salitre y un pecho de caracol con memoria de mares. Algo de légamo y de brisas estivales. Un aire de retama y bellas furias secretas me trae la noche de sus viajes.
Yo acepto el pasaporte del incierto, el papel que me hace ciudadano de la noche. La noche abre sus verjas plateadas y desliza bajo mi puerta sus volantes hojas de papiro, hojas que hablan de un tráfico de sueños, de un delta de invisibles Orinocos y locuaces loros venidos del Caribe.
Yo oigo el conjuro de la noche en sus ranas y el tiempo se desliza como un Paraná de orillas distantes tocando flores anfibias, orquídeas que crecen en la caparazón de las tortugas.
Algo de alquitrán. Algo de olor de mar entre ritos marineros. Algo venido del mar de los augures me trae la noche de sus viajes. La noche va tiznando en mi estancia el blanco aguamanil, la blanca leche dejada para el alba. Afuera, en la plaza amurallada, la mañana se pasea con ojos de lluvia en los cristales."
"Los encuentros individuales, el paraje ideal del amor, eran y siguen siendo raros en los entornos urbanos de ahora mismo. La gente se busca, incluso desesperadamente, a través de Internet. Un físico amigo me explicaba que si arrojáramos al espacio una bola del tamaño de la Tierra, las posibilidades de que chocara con algo serían prácticamente nulas para la eternidad. La aparente densidad de las estrellas es un engaño. El espacio está vacío. Con ese ejemplo quería que me extrañara menos la soledad de la gente aquí abajo, su aislamiento e incomunicación lacerantes. La densidad demográfica, pues, también resulta un engaño. Entre las personas hay tanto vacío como en su interior, en donde la distancia entre un electrón y el núcleo de sus átomos es parecida, en términos proporcionales, a la que separa a la Tierra de la Luna. Fundamentalmente, sólo hay vacío. Y la especie sólo tiene un recurso en forma de emoción para salvarlo: el amor."
" El sexo dota al individuo de un instinto mudo y poderoso que arrastra su cuerpo y su alma constantemente hacia otro; por él, una de las dedicaciones más preciadas de la vida es elegir un compañero y seguirlo; y el sexo une la posesión con el placer más intenso, la rivalidad con la rabia más feroz y la soledad con una eterna melancolía. ¿Qué más podría precisarse para infundir en el mundo el sentido y la belleza más profundos?. "
"No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni si quiera yo. Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. ¿Sabes?, la gente que no logra conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos"
" Es la tarea del poeta ser más, no menos, que un hombre. Un poeta: alguien que nunca se siente satisfecho diciendo una cosa a la vez. Un poeta debe ser un buen reportero, pero también bastante más que eso. El ojo, desde luego, no es suficiente. Pero el ojo exterior sirve al interior, he ahí la cuestión. Las cosas que más nos afectan no admiten escribirse en prosa. En prosa, se tiende a eludir la responsabilidad interior. La poesía es el descubrimiento de la leyenda de la propia juventud. La base de la poesía es la sensación: muchos poetas niegan hoy la sensación, o algunos directamente no tienen sensación alguna: culto de lo tórpido. Cuentan incidentalmente las ideas en un poema. Haz que el lenguaje dé saltos verdaderamente temerarios.
" La vallisneria es una hierba bastante insignificante que no tiene nada de la gracia extraña del nenúfar o de ciertas cabelleras submarinas. Pero se diría que la naturaleza se ha complacido en poner en ella una hermosa idea. Toda la existencia de la pequeña planta transcurre en el fondo del agua, en una especie de semisueño, hasta la hora nupcial en que aspira a una vida nueva. Entonces la flor hembra desarrolla lentamente la larga espiral de su pedúnculo, sube, emerge, domina y se abre en la superficie del estanque. De un tronco vecino, las flores masculinas que la vislumbran a través del agua iluminada por el sol se elevan a su vez, llenas de esperanza, hacia la que se balancea, las espera y las llama en un mundo mágico. Pero a medio camino se sienten bruscamente retenidas: su tallo, manantial de vida, es demasiado corto; no alcanzarán jamás la mansión de luz, la única en que puede realizarse la unión de los estambres y del pistilo. ¿Hay en la naturaleza una inadvertencia o prueba más cruel? ¡Imaginaos el drama de ese deseo, lo inaccesible que se toca, la fatalidad transparente, lo imposible sin obstáculo visible!. "
" En los momentos de ansiedad, no tratéis de razonar, pues vuestro razonamiento se volverá contra vosotros mismos; es mejor que intentéis hacer esas elevaciones y flexiones de brazos que se enseñan ahora en todas las escuelas; el resultado os asombrará. Así, el profesor de filosofía os envía al de gimnasia. "
Guarda una gran historia de amor en la distancia, en el tiempo, en el silencio, en el corazón. Nos muestra de una forma maravillosa la vida de una geisha, aunque sutilmente lo que se puede mostrar, lo que se puede ver, porque siempre andamos con las políticas y las censuras a nivel mundial.
Me siento tan identificada con esta historia...y pienso que si muchas mujeres la vieran desde el mismo punto de vista estarían conmigo. Evidentemente en la actualidad la mujer, (se intenta y sólo se intenta que sea un personaje más que comparta la realidad del día a día), forma parte de un conjunto donde trabaja, decide, vota, dirige, "piensa" y es autóctona en muchas facetas. Mas sigue siendo la geisha eterna que hace mil maravillas para cuidar al hombre, supongo que será naturaleza, será el discurso social que desde pequeña está en su mente, ya sea por su familia, ya sea por la sociedad.
Cuantas veces la mujer prepara con estilo, con nerviosismo, con delicadeza, con ilusión una cita con el hombre amado...cuántas cosas pasan por su mente para estar, vamos a poner la comparación de la geisha que supongo que es lo máximo, impecable, perfecta, lúcida y maravillosa, para ser una venus para su amor, aparecer como un sueño e incitar a ese hombre a que la mime, la desee, la conquiste, la ame...
¿Dónde está el corazón ahí? ¿Puede ser una geisha una mujer feliz si no tiene un corazón que pueda traslucir? ¿Puede ser una mujer feliz cuando pretende deslumbrar a su hombre y ni siquiera le dan oportunidad?
El corazón de una mujer ha estado a lo largo de la historia muy castigado, vetado, anulado, deprimido...muchas veces, precisamente por eso de ser una geisha en cubierto, por tener en ese corazón la función de saber cuidar a un hombre, de saber conquistarlo con polvos y trapos relucientes. El corazón de una mujer vale mucho más que eso, vale mucho más que unos labios pintados de rojo y una tez divina y alba, vale más que unas caderas contoneantes, y unos tacones que dan vértigo, vale más que unas buenas tetas bien puestas y un escote de ensueño.
Sólo hay que mirarle los ojos, ahí puedes encontrar esa belleza, ese corazón que se transluce, esa alegría o tristeza, ese amor o esa desesperanza. Mira sus manos, ahí está la intención, el cuidado, la paz, de nuevo el amor y el deseo. Mira su pelo, ¿brilla? lo dejo ahí. Mira la posición de sus pies...tenemos mucho que aprender de la mujer, y sobre todo cuando está enamorada, porque son muchas las heridas con las que ya nace, con las que ya lucha cuando es adolescente, y más una mujer que está convencida de que nadie es mejor que nadie, y que sin duda entre el hombre y la mujer existen muchas diferencias, entre ellas quiero resaltar las prioridades que existen en sus vidas.
Hoy en día, la mujer defiende esos derechos como puede, pero no tiene muy claro eso de los deberes innatos por ser eso mismo, mujer, y vive en una lucha constante o se suma a esa geisha innata que a lo largo de la historia ha sido y sigue siendo.
A veces me siento una geisha y aunque sea contradictorio, me siento feliz con ello, cuidar y hacer feliz al hombre que amo es maravilloso, pero pasa que mi corazón también esta ahí y el rimel rompe ese compuesto tan bonito que tenía en mi faz. Me quité ese kimono, las peinetas, el rojo de mis labios, el blanco de mi piel, el suave olor a azahar y me puse un pijama viejo...
" Cuando era pequeña el padre le enseñó a jugar al ajedrez. Le había llamado la atención un movimiento que recibe el nombre de enroque: el jugador cambia en una sola jugada la posición de dos figuras: pone la torre junto al rey y desplaza al rey hacia la esquina, al lado del sitio que ocupaba la torre. Aquel movimiento le había gustado: el enemigo concentra todo su esfuerzo en amenazar al rey y éste de pronto desaparece ante sus ojos; se va a vivir a otra parte. Soñaba toda su vida con ese movimiento y soñaba con él tanto más cuanto más cansada estaba. "
Quiero morder tu carne, salada y fuerte, empezar por tus brazos hermosos como ramas de ceibo, seguir por ese pecho con el que sueñan mis sueños ese pecho-cueva donde se esconde mi cabeza hurgando la ternura, ese pecho que suena a tambores y vida continuada. Quedarme allí un rato largo enredando mis manos en ese bosquecito de arbustos que te crece suave y negro bajo mi piel desnuda seguir después hacia tu ombligo hacia ese centro donde te empieza el cosquilleo, irte besando, mordiendo, hasta llegar allí a ese lugarcito -apretado y secreto- que se alegra ante mi presencia que se adelanta a recibirme y viene a mí en toda su dureza de macho enardecido. Bajar luego a tus piernas firmes como tus convicciones guerrilleras, esas piernas donde tu estatura se asienta con las que vienes a mí con las que me sostienes, las que enredas en la noche entre las mías blandas y femeninas. Besar tus pies, amor, que tanto tienen aun que recorrer sin mí y volver a escalarte hasta apretar tu boca con la mía, hasta llenarme toda de tu saliva y tu aliento hasta que entres en mí con la fuerza de la marea y me invadas con tu ir y venir de mar furioso y quedemos los dos tendidos y sudados en la arena de las sábanas.
" Y dejo este lápiz, Martín, y dejo la hoja rayada y dejo que mis brazos cuelguen inútilmente a lo largo de mi cuerpo y te espero. Pienso que te hubiera querido abrazar. A veces quisiera ser más vieja porque la juventud lleva en sí, la imperiosa, la implacable necesidad de relacionarlo todo con el amor. Ladra un perro; ladra agresivamente. Creo que es hora de irme. Dentro de poco vendrá la vecina a prender la luz de tu casa; ella tiene llave y encenderá el foco de la recámara que da hacia afuera porque en esta colonia asaltan mucho, roban mucho. A los pobres les roban mucho; los pobres se roban entre sí... Sabes, desde mi infancia me he sentado así a esperar, siempre fui dócil, porque te esperaba. Sé que todas las mujeres aguardan. Aguardan la vida futura, todas esas imágenes forjadas en la soledad, todo ese bosque que camina hacia ellas; toda esa inmensa promesa que es el hombre; una granada que de pronto se abre y muestra sus granos rojos, lustrosos; una granada como una boca pulposa de mil gajos. Más tarde esas horas vividas en la imaginación, hechas horas reales, tendrán que cobrar peso y tamaño y crudeza. Todos estamos --oh mi amor-- tan llenos de retratos interiores, tan llenos de paisajes no vividos. "