miércoles, 16 de noviembre de 2011

Esa flor instantánea








" Miedo a perderse ambos
vivir uno sin otro:
miedo a estar alejados
en el viento en la niebla
en los pasos del día
en la luz del relámpago
en cualquier parte. Miedo
que les hace abrazarse
unirse en este aire
que ahora juntos respiran.
Y se buscan y buscan
esa flor instantánea
que cuando se consigue
se deshace en un soplo
y hay que ir a encontrar otras
en el jardín umbrío.
Miedo; bendito miedo
que propicia el deseo
la agonía y el rapto
de los que mueren juntos
y resucitan luego. "


José Agustín Goytisolo


El puerto







" Un puerto es morada agradable para un alma fatigada de las luchas de la vida. La amplitud del cielo, la arquitectura móvil de las nubes, el colorido cambiante del mar, el centelleo de los faros, son un prisma adecuado y sorprendente para distraer los ojos sin agotarlos jamás. Las formas esbeltas de los navíos de aparejo complicado, a los que la marejada imprime oscilaciones armoniosas, sirven para conservar en el alma el gusto del ritmo y de la belleza. Y además, sobre todo, hay una suerte de placer misterioso y aristocrático para el que ya no tiene curiosidad ni ambición, en admirar, tumbado en la azotea o apoyado de codos en el muelle, todos los movimientos de los que se van y de los que regresan, de los que poseen aún fuerza para querer, deseo de viajar o de enriquecerse. "


Charles Baudelaire

El poeta









" No se si las actuales condiciones del mundo
permiten el equilibrio de forma y expresión,
porque serían raros los poetas
en tal estado de vivencia puramente poética,
libres del aturdimiento del tiempo,
que logren hacer del grito música, esto es,
que creen poesía como se forman los cristales.
Pero creo que todos padecen, si son poetas.
Porque al final se siente que el grito es grito
y la poesía ya es el grito (con toda su fuerza),
pero transfigurado. "




Cecilia Meireles


Marina








Te he visto, océano
te he galopado
a lomos de un violín
de madera pulida
de un potro alabeado
del color del cerezo
y eras, océano
un prado
de hierba azul
en movimiento.

Como si fueras
el propio olvido
te he visitado
océano
emperador de las aguas
espejo profundo del cielo
y he visto en tus eternas barbas de espuma
cereales azules y flores del silencio.



Blanca Andreu


El puente









Si me dicen que estás al otro lado
de un puente, por extraño que parezca
que estés al otro lado y que me esperes,
yo cruzaré ese puente.
Dime cuál es el puente que separa
tu vida de la mía,
en qué hora negra, en qué ciudad lluviosa,
en qué mundo sin luz está ese puente,
y yo lo cruzaré.



Amalia Bautista






El museo de los esfuerzos inútiles






" El espacio que queda entre la espada y la pared es exiguo. Si huyendo de la espada, retrocedo hasta la pared, el frío del muro me congela, si huyendo de la pared, trato de avanzar en sentido contrario, la espada se clava en mi garganta. Cualquier alternativa, pues que pretenda establecerse entre ellas, es falsa y como tal, la denuncio. Tanto el muro como la espada sólo pretenden mi aniquilación, mi muerte, por lo cual me resisto a elegir. Si la espada fuera más benigna que el muro, o la pared, menos lacerante que el filo de aquella, cabría la posibilidad de decidirse, pero cualquiera que las observe, comprenderá enseguida que sus diferencias son sólo superficiales. Sé que tampoco es posible dilatar mi muerte tratando de vivir en el corto espacio que media entre la pared y la espada. No sólo el aire se ha enrarecido, está lleno de gases y de partículas venenosas: además, la espada me produce pequeños cortes 'que yo disimulo por pudor' y el frío de la pared congestiona mis pulmones.... Si consiguiera escurrirme, la espada y el muro quedarían enfrentados, pero su poder, faltando yo entre ambos, habría disminuido tanto que posiblemente el muro se derrumbara y la espada enmoheciera. Pero no existe ningún resquicio por el cual pueda huir, y cuando consigo engañar a la espada, la pared se agiganta, y si me separo de la pared, la espada avanza. He procurado distraer la atención de la espada proponiéndole juegos, pero es muy astuta, y cuando deja de apuntar a mi garganta, es porque dirige su filo hacia mi corazón. En cuanto al muro, es verdad que a veces olvido que se trata de una pared de hielo y cansado, busco apoyo en él: no bien lo hago, un escalofrío mortal me recuerda su naturaleza. He vivido así los últimos meses. No sé por cuánto tiempo aún podré evitar el muro, la espada. El espacio es cada vez más estrecho y mis fuerzas se agotan. Me es indiferente mi destino: si moriré de una congestión o me desangraré a causa de una herida, esto no me preocupa. Pero denuncio definitivamente que entre la espada y la pared no existe lugar donde vivir. "





Cristina Peri Rossi

martes, 15 de noviembre de 2011

Agua sólo es el mar; agua es el río







" Agua sólo es el mar; agua es el río,
Agua el torrente, y agua el arroyuelo.
Pero la voz que en ellos habla y canta
No es del agua, es del viento.
Agua es la blanda nieve silenciosa
Y el mundo bloque de cristal de hielo.
Pero no es agua, es luz la voz que calla
Maravillosamente en su silencio.
Agua es la nube oscura y silenciosa,
Errante prisionera de los cielos.
Pero su sombra, andando por la tierra
Y el mar; no es agua, es sueño. "


José Bergamín






Un hombre de suerte








" El escenario es un ámbito mágico donde se descubren dimensiones escondidas de la existencia: sueños, pesadillas, ilusiones, anhelos, recuerdos, deseos ocultos, esperanzas y temores... El enigma de la vida, que se escapa tantas veces a los argumentos de la razón, se muestra en el escenario con toda su grandeza. En ese gigantesco espejo tratamos de reconocernos, y, al actuar, sentimos que existimos. Lo mismo hace cada ser desde que nace hasta que muere: repetir concienzudamente su papel durante toda su vida. Apariencia y simulacro. Si alguna vez llegamos a comunicarnos con los demás es sólo por azar. La máscara es la existencia posible. Sin ella los tigres del pasado que esconden nuestra conciencia nos comerían por dentro. Sólo si nos alejamos de nosotros mismos podemos ver, y burlarnos, de cómo representamos ante el mundo nuestro absurdo y tonto papel. Algunos incidentes aparentemente triviales marcan nuestro destino, nos guste o no, y después dedicamos el resto de nuestra vida a defendernos como víctimas, haciendo el papel de culpables, ante el gran jurado del mundo. La única forma de sobrevivir sin caer en la locura es reírnos de nosotros mismos."


José Luis Alonso de Santos

Noche de lluvia







" Llueve... espera, no duermas.
Estate atento a lo que dice el viento,
y a lo que dice el agua que golpea
con sus dedos menudos en los vidrios.
Todo mi corazón se vuelve oídos
para escuchar a la hechizada hermana
que ha dormido en el cielo,
que ha visto el sol de cerca,
y baja ahora elástica y alegre de la mano del viento,
igual que una viajera que torna
de un país de maravilla.
Cómo estará de alegre el trigo, amante.
Con qué avidez se esponjará la hierba,
cuántos diamantes colgarán ahora
del ramaje profundo de los pinos.
Espera, no te duermas.
Escuchemos el ritmo de la lluvia.
Apoya entre mis senos tu frente taciturna. "


Juana de Ibarbourou

lunes, 14 de noviembre de 2011

El don de la felicidad








" En todos los tiempos, en todas las culturas ha sido constante el anhelo del ser humano por alcanzar la felicidad. Todos aspiramos a la felicidad y la buscamos de mil maneras. ¿Lograremos encontrarla?
Buscamos la felicidad en los bienes externos, en las riquezas, y el consumismo es la forma actual del bien máximo. Pero la figura del "consumidor satisfecho" es ilusoria: el consumidor nunca está satisfecho, es insaciable y, por tanto, no feliz. Podemos buscar la felicidad en el triunfo, en la fama, en los honores. Pero ¿no es todo eso sino pura vanidad, en definitiva nada o casi nada? Otro modo de búsqueda de la felicidad es la autocomplacencia: así, el goce del propio placer, el deseo de perfección o la práctica de la virtud. Aspiramos a la felicidad, pero aspirar no es lo mismo que "buscar" y, todavía menos, que "conquistar", ni fuera ni dentro de nosotros mismos. La felicidad es un don, el don de la paz interior, espiritual, de la conciliación o reconciliación con todo y con todos y, para empezar y terminar, con nosotros mismos.
Para recibir el don de la felicidad el talante más adecuado es, pues, el desprendimiento: no estar prendido a nada, desprenderse de todo. La felicidad, como el pájaro libre, no está nunca en mano, sino siempre volando. Pero tal vez, con suerte y quietud por nuestra parte, se pose, por unos instantes, sobre nuestra cabeza. "



José Luis López Aranguren

El infinito









" Siempre amé esta colina,
y este cerco que la vista me impide ver
más allá de su horizonte.
Mirando los interminables espacios de allá a lo lejos,
los silencios sobrehumanos y su profunda quietud,
yo estoy con mis pensamientos,
aunque mi corazón no se asusta.
Escucho los susurros del viento detrás de las plantas,
y en el infinito silencio mido mi voz:
y me subyuga lo eterno, y las estaciones muertas,
y el presente real y el sonido de todos ellos.
Así a través de esta inmensidad se ahoga mi pensamiento:
y el naufragar me es dulce en este mar. "


Giacomo Leopardi


domingo, 13 de noviembre de 2011

El discurso vacío





" El alma tiene su propia percepción y en ella viven cosas de nuestra vigilia pero también cosas particulares y exclusivas de ella, pues participa de un conocimiento universal de orden superior, al cual nuestra conciencia no tiene acceso en forma directa. De modo que la visión del alma, de las cosas que suceden dentro y fuera de nosotros, es mucho más completa que lo que puede percibir el yo, tan estrecho y limitado.
Hoy recuperé esos distintos tipos de ruinas, y sé que con eso el alma me está diciendo que ‘yo soy esas ruinas’. Mi contemplación casi erótica de las ruinas es una contemplación narcisista. Y si bien tiene su precio, esa autocontemplación es placentera aunque la visión sea triste. Me miro en el espejo y veo a alguien que no me gusta del todo, pero es alguien en quien puedo confiar. Lo mismo sucede con estas contemplaciones interiores: no importa si percibo un retrato feo, mientras sea auténtico.
Claro que no sé hasta dónde mi alma es mía; más bien yo pertecezco al alma y esta alma no está, como señala más de un filósofo, necesariamente dentro de mí. Es simplemente algo que no conozco; el ‘yo’ no es otra cosa que una parte modificada, en función de cierta conciencia práctica, de un vasto mar que me trasciende y sin duda no me pertenece; un espécimen surgido, o emergente, de un vasto mar de ácidos nucleicos. Pero qué hay detrás, cuál es el impulso que se expresa mediante el ácido. Ese deseo, esa curiosidad, esa voracidad subyacente en las partículas materiales.
No tengo, en verdad ya no tengo, curiosidad por conocer respuestas; hoy me basta con las preguntas —o ni siquiera necesito las preguntas. El discurso hoy ha tomado esta forma justamente por mis carencias, porque he vislumbrado durante unos instantes esos fragmentos de memoria, memoria del alma, y me he recordado por unos instantes, y el resto de mi vida, fuera de esos instantes, se vuelve, por el contraste, todavía más insustancial. "


Mario Levrero

sábado, 12 de noviembre de 2011

Alba de mi silencio







En ti me he silenciado...
El corazón del mundo
está en tus ojos, que se vuelan
mirándome.

No quiero levantarme de tu frente fecunda
en donde acuesto el sueño de seguirme en tu alma.

Casi me siento niña de amor que llega hasta los pájaros.
Me voy muriendo en mis años de angustia
para quedar en ti
como corola recién en brote al sol...

No hay una sola brisa que no sepa mi sombra
ni camino que no alargue mi canción hasta el cielo.

¡Canción silenciada de plenitud!
En ti me he silenciado...

La hora más sencilla para amarte es ésta
en que voy por la vida dolida del alba.




Julia de Burgos


viernes, 11 de noviembre de 2011

Ese beso





La besarás.

Y el beso que le des será por el que medirás todos los demás besos de tu vida.


Scott Hicks, "Corazones en Atlántida"


La infancia y el cielo






La rayuela se juega con una piedrecita que hay que empujar con la punta del zapato.

Ingredientes: una acera, una piedrecita, un zapato y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores.

En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrecita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo.

Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrecita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrecita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar.

Y porque se ha salido de la infancia se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrecita y la punta de un zapato.


Julio Cortázar. "Fragmento de Rayuela"


jueves, 10 de noviembre de 2011

Dícese...





Recuerdo cuando me compraron mi primer diccionario, ese que era pequeñito, con las páginas como láminas de cebolla que se doblaba fácilmente al meterlo en esa maleta que heredaba una y otra vez de mis hermanos.
Recuerdo recortar una libreta que te pedían los profesores para convertirlo en un diccionario casero, donde apuntabas esas palabras mas entrevesadas y buscabas su significado con buena letra.
Dícese...
Pues es verdad que empiezas en enriquecer tu propio "baúl de semas", aunque de pequeña pocas veces utilizas esos vocablos raros que te hacían buscar, primero porque no encontrabas un contexto preciso y segundo porque no te atrevías por meter la pata o por salirte tú misma del círculo donde quizás tu prestigio no se acotaba a una palabra fuera de órbita.
Los años, como las palabras, van cambiando en tu baúl, poco a poco vas escuchando aquello que tenías guardado en ese cuaderno de la A a la Z, y entonces te vas atreviendo a soltarlas en algún párrafo, incluso vas aprendiendo cuándo, cómo y dónde.
Igual ocurre cuando empiezas a devorar libros, siempre me ha gustado tener un folio doblado apuntando cada palabra que desconocía. Muchas veces antes de acudir a un diccionario, he preferido preguntar, sin miedo desde entonces a que me dijeran, ¿de verdad no sabes que significas?, pues realmente no...quizás dentro del contexto se supone, pero existen tantas ambigüedades en nuestro idioma que tienes que afinar para no meter la pata luego.
Y cuando llegas a una madurez léxica y lingüística(al menos se supone)...eres capaz de analizar hasta los significados.



Con mucha pluma puedes conseguir que una palabra sueñe, ame, sienta, llore...dentro de un texto que no sale de ningún libro, ni de una maleta, ni de una enciclopedia, sino que sale de ese baúl que abriste de niña para de vez en cuando sacar esas letras que quieren volar contigo y plasmar algo que durante toda tu vida no dejaste salir.




sábado, 5 de noviembre de 2011

Edad prohibida








Quisiera ser estrella para verte...
y quisiera ser bosque y ocultarte.
Ser nube del valle y abrazarte....
y quisiera ser viento y sorprenderte.

Quisiera ser el mar .Adormecerte
y al ritmo de mis ondas acunarte...
y ser alto sueño y ensoñarte
y ser llama de amor para quererte.

Quisiera ser la brisa que respiras ...
quisiera ser la fuente donde bebes.
Quisiera ser el río en que te miras...
quisiera ser el aire en que te mueves.
Y yo quisiera ser , cuando suspiras ,
el pensamiento , amor , en que me lleves.


Torcuato Luca de Tena


jueves, 3 de noviembre de 2011

Desnuda







Amo tu desnudez
porque desnuda me bebes con los poros,
como hace el agua cuando entre sus paredes me sumerjo.

Tu desnudez derriba con su calor los límites,
me abre todas las puertas para que te adivine,
me toma de la mano como un niño perdido
que en ti dejara quietas su edad y sus preguntas.

Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo
pasa a ser mi universo, el credo que me nutre;
la aromática lámpara que alzo estando ciego
cuando junto a las sombras los deseos me ladran.

Cuando te me desnudas con los ojos cerrados
cabes en una copa vecina de mi lengua,
cabes entre mis manos como el pan necesario,
cabes bajo mi cuerpo más cabal que su sombra.

El día en que te mueras te enterraré desnuda
para que limpio sea tu reparto en la tierra,
para poder besarte la piel en los caminos,
trenzarte en cada río los cabellos dispersos.

El día en que te mueras te enterraré desnuda,
como cuando naciste de nuevo entre mis piernas.






Roque Dalton




miércoles, 2 de noviembre de 2011

Ama al cisne salvaje








" Ama tus ojos que pueden ver
tu mente que puede oír
la música, el trueno de las alas,
ama al cisne salvaje. "



Robinson Jeffers



Acariciando el cielo...





"Subir al cielo", "acariciar el cielo" y otras frases hechas son las que utilizamos para expresar un bienestar emocional, pasional, psicológico, erótico, etc.

Se puede tocar el cielo, puedes ir a un lago, una fuente, un estanque...y acercarte a la superficie del agua donde el cielo se refleja constantemente. Con mucha cautela y sencillez, puedes pasar tus dedos en la epidermis de ese espejo, entonces cierras los ojos y...sientes algo mágico en tu interior, hueles las nubes, sientes el viento, y el cuadro que se forma entre tus iris y los párpados se vuelve de un azul maravilloso.
Es entonces cuando ocurre algo sensacional, se para el tiempo, y todo se congela a tu alrededor, tu mente ha emprendido un vuelo que buscabas hace tiempo, planea sobre ese instante que te dio la vida, vuelve a tu corazón cuando late al son de otra persona y busca ese terciopelo azul que tanto te gusta.




Cuando toco el cielo, entre mis párpados vuelvo a ti, en mi espejo se reflejan tus manos y esas caricias que me elevan suavemente.


Cuando acaricio el cielo, vuelvo a ti donde quiera que estés para dejarte los trozos de nubes que recojo al paso.


Cuando subo al cielo, siento que estoy entre tus brazos.




Cierro los ojos y mi cielo eres tú...


¿Es buen momento?