martes, 2 de febrero de 2010

Tiempo de seda

Pasar un día anodino también existe en mi vida, aunque sin darme cuenta siento que son muchos los que paso si no fuera porque escribo, leo, o reflexiono. Hoy no tocaba nada de eso, hoy fue un día insignificante que no hubiese querido probar. ¿Será mi estado de ánimo?, ¿serán tantos círculos que tengo abiertos sin poder cerrar?, ¿serán unas palabras leídas? O quizás será no querer navegar donde no quiero. Alguna vez me han recriminado mis silencios, puede ser que sea un mecanismo de defensa ante algo que me repele en ese momento, o también he reflexionado que puede ser para no gritar, para no tener ningún pataleo desorbitado, o un simple control de mi genio más salvaje y primitivo. Seguramente entre también en el juego mi sensibilidad, o una caída de ilusiones, falta de motivación, o un rechazo de mi cuore a sensaciones negativas, puede que el silencio vaya de la mano de la tristeza, aunque se pueda confundir con el ego.
Por eso que ya ha pasado este día, mejor ni calificarlo, me propongo a desliar con esfuerzo algunas palabras que se amontonan y que cubren mi ánimo de una manta negra. Cuando se hace un sobreesfuerzo por intentar estar en muchos lados a la vez, por cubrir necesidades, por multiplicarte en distintos sitios y de distinta manera, al final pagas esa factura, esa que suma todas las cosas que no has completado, esa sonrisa de menos que te faltaba en aquel instante, ese detalle que se te olvidó…y pierdes postura, empiezas a doblarte, a estirar de un lado a otro, como esa marioneta que no quiere bailar, aunque es tu deber, tu obligación, tienes que hacerlo, tienes que pensar esto, hacer lo otro, caminar de una manera, cantar de otra, tienes que llorar aquí, y sentir allí, tienes que callarte aunque no te guste y pasar para que todo esté en su sitio.
Y entonces, digo: Ahhhhhhhhhh¡¡¡¡¡ Ya¡¡¡¡, ¿puede pararse por un momento el mundo?, ¿puede dejar de sonar el reloj?, ¿quieren dejarme tranquila?, no me miren, no me hablen, no me llamen, que ya sonó mi alarma, ya mi corazón está bastante inflamado para golpearlo una vez más…que si no has hecho, que si no me has llamado, que si no me has mirado, que si ¿qué?. ¿Puede alguien pararse a pensar que yo no soy ni el viento, ni el mar, ni el sol, ni la luna?, que soy una mujer, sólo eso, al menos quisiera ser eso, una mujer que cuando puede ponerse de pie, puede pensar, hablar, cantar, bailar, sonreír, discrepar, dialogar, tolerar, escribir, incluso brillar.
Sinceramente, estoy agotada, estoy acotada a las reacciones del exterior, necesito una coraza aunque sea de seda para sanar un corazón triste.
No hay peor enfermedad que la tristeza, ni mejor cura que la felicidad. Por ello, quiero un sueño que me convierta en larva que me haga sentir esa paz que necesito...

No hay comentarios:

Publicar un comentario