La primera vez que me afirmaron que se podría enamorar una persona por sus artes culinarias no me lo pude creer, pero con el tiempo, la experiencia y la edad, me lo creo. Es posible enamorarse de una persona por facetas increíbles de pensar, la voz, el pelo, la cocina, el deporte, la elegancia, sabiduría, humildad, por sus manos... al gusto del consumidor.
¿Te imaginas a una persona en tu casa haciéndote chocolate de todos tipos?, en definitiva es un acto para cuidar, mimar, atender, provocar, mostrar tu arte, enamorar...a mí desde luego no me importaría tener un chocolat man, lo malo es lo que iba a engordar.
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