A ti…
que te sueño,
que en la sombría soledad
de mi alma,
derramas caricias de un polen
que viene emigrando desde las olas,
bailando un vals sin cisnes,
sin más espacio que un mar
lleno de sueños blancos,
convertido en espejo,
donde la luna deja sus besos.
A ti…
te cuento que es la luna,
la que sabe de mis lágrimas,
la que con sólo una mirada,
me roba los folios arrugados
del libro que va escribiendo
mi corazón,
y cuida de los bellos pergaminos
que guardo en mis suspiros.
A ti…
que desnudas mis palabras,
que la cubres con agua salada,
envolviéndolas en telas de organdil,
y así puedan respirar
entre sus transparentes mallas.
A ti…
se fuga mi aúrea,
abrigándose en la noche fría,
atravesando las nieblas espesas
de nuestra distancia.
A ti…
todo mi tiempo
es poco para amarte.
que te sueño,
que en la sombría soledad
de mi alma,
derramas caricias de un polen
que viene emigrando desde las olas,
bailando un vals sin cisnes,
sin más espacio que un mar
lleno de sueños blancos,
convertido en espejo,
donde la luna deja sus besos.
A ti…
te cuento que es la luna,
la que sabe de mis lágrimas,
la que con sólo una mirada,
me roba los folios arrugados
del libro que va escribiendo
mi corazón,
y cuida de los bellos pergaminos
que guardo en mis suspiros.
A ti…
que desnudas mis palabras,
que la cubres con agua salada,
envolviéndolas en telas de organdil,
y así puedan respirar
entre sus transparentes mallas.
A ti…
se fuga mi aúrea,
abrigándose en la noche fría,
atravesando las nieblas espesas
de nuestra distancia.
A ti…
todo mi tiempo
es poco para amarte.
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