No pude...se me fue la piel de mis dedos entre los tuyos. Tocar tus manos es una sensación extraña y maravillosa que va desde los poros hasta los sueros más internos, reaccionando de una forma sensacional en todas las células de mi cuerpo y finalizando con el recuerdo de nuestros momentos, esos entre tú y yo, esos que ya forman toda una colección de instantes sentidos de una manera íntegra, simbiótica, fundida entre nuestros cuerpos y almas.
Rozar tus manos es cruzar los limbos y dar rienda a mi corazón que aletea en su espacio buscándote.
En silencio, despacio, lentamente...
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