¡Más sol!
Ni a la lluvia:
¡Menos lluvia!
Para un hombre,
una geisha sólo puede ser media esposa,
somos las esposas del anochecer
y aún así descubrir la amabilidad
después de tanto desprecio.
Comprender que una chiquilla con más valor del que ella misma sabía,
iba a descubrir que sus oraciones recibían respuesta.
¿No puede eso llamarse felicidad?
Después de todo éstas no son las memorias de una emperatriz
ni de una reina,
éstas son otra clase de memorias.
Memorias de una Geisha
Memorias de una Geisha
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