cuando una vela se apaga,
el humo que deja en el aire,
y la cera siempre queda.
Imagina...
la sal en el mar disuelta,
que a veces precipita
cuando las aguas desperezan.
Imagina...
una sonrisa en el viento,
lágrimas en la niebla,
trazos tibios en la arena.
Imagina...
una mano que tiembla,
entre sus redes de piel,
parece que piensa.
Imagina...
la flor que deja caer
los pétalos de su belleza,
la semilla siempre queda.
Y de tanto imaginar,
imaginé
con mis brazos extendidos,
aún la sonrisa en el aire,
un baile de luciérnagas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario