miércoles, 13 de noviembre de 2013

Lo que arde












El viento se ha llevado las nubes de tristeza;

el verdor del jardín es un fresco tesoro;

los pájaros han vuelto detrás de la belleza

y del ocaso gris surge un vergel de oro.

¡Inflámame, poniente: hazme perfume y llama;

—¡que mi corazón sea igual que tú, poniente!—;

descubre en mí lo eterno, lo que arde, lo que ama,

…y el viento del olvido se lleve lo doliente!






Juan Ramón Jiménez







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