Una página a cuadrículas,
donde las letras van besando
las líneas entrelazadas.
Y es el amor…
una huella en la arena mojada,
esperando que el mar se la lleve
a tu vera, mas allá del destello
de una luna embrujada.
Es caricia del amanecer
de una brisa temprana al almendro,
cuando despierta y despereza
con flores rociadas.
Es la cera quemada,
a la luz de la madrugada,
entre palabras y sinfonías,
confundidas en nuestras manos.
Y es el amor…
un tibio rescate,
de suspiros guardados
allí donde nadie buscaba.
Es la sonrisa de un abrazo,
el perfume de un beso,
cautivados por aguas inmensas,
que los llevan a lomos del ocaso
y cabalga hacia otro radio,
detrás de aquel horizonte lejano.
Es el mirar sin decir nada,
el silencio de corazones velados,
incienso quemado
entre nubes ahuecadas
en la inmensidad de tu cielo.
donde las letras van besando
las líneas entrelazadas.
Y es el amor…
una huella en la arena mojada,
esperando que el mar se la lleve
a tu vera, mas allá del destello
de una luna embrujada.
Es caricia del amanecer
de una brisa temprana al almendro,
cuando despierta y despereza
con flores rociadas.
Es la cera quemada,
a la luz de la madrugada,
entre palabras y sinfonías,
confundidas en nuestras manos.
Y es el amor…
un tibio rescate,
de suspiros guardados
allí donde nadie buscaba.
Es la sonrisa de un abrazo,
el perfume de un beso,
cautivados por aguas inmensas,
que los llevan a lomos del ocaso
y cabalga hacia otro radio,
detrás de aquel horizonte lejano.
Es el mirar sin decir nada,
el silencio de corazones velados,
incienso quemado
entre nubes ahuecadas
en la inmensidad de tu cielo.
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