La belleza de una pluma va prendada al movimiento, cuando la pluma se mueve lo hace con gracia con un vaivén preciso, suave, con clase, acariciando el viento por donde pasa y saboreando cada espacio que recoge en su caída. En ese velo me siento cuando me recorres, cuando pasas por mis poros tranquilamente y haces que vuele sin alas, cuando la piel de tus manos navegan al son de tu mirada quieta en mis ojos y desnudan mi estómago.
Sublimes espacios, excelsos momentos, beatitud dichosa, riqueza inigualable...vestigios de tu presencia, abrigo del placer siento en esta noche dichosa.
Cada momento sellado en las arcas de mis sensaciones para cuando el viento...te traiga de nuevo, imaginar de nuevo, soñar otra vez, vivir con ilusión.
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