TU, luna, si me hablaras,
si debajo de tu corazòn frìo
tuvieras, libre, un alma.
Si dentro de tu silencio azul
palpitaran palabras encendidas,
a mi vencida sangre despertando.
Si tus pasos dejaran una senda
y un marcado camino
para escapar al mundo de lo incierto.
Ay, luna, si llegaras,
luz de errante desvelo,
hasta mi casa.
Si abrieras los balcones de la noche,
y entre escalas de aromas
tus manos me tendieras.
Si olvidando tu ciega indiferencia,
llenaras a mis ojos de esos verdes
paisajes, donde tienes
escondido el secreto de tu llama.
Ay, luna, siempre luna,
por tu ventura inmòvil,
inùtilmente luna de mi llanto.
Si tu me oyeras, luna!
Elena Martín Vivaldi
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