Amante, no pretendas mi cuerpo dibujado,
mira como en la arena se deshacen las formas,
coge sólo los besos que estallan en las olas,
Ahorca en mi garganta las palabras que flotan.
Amante, no me busques dormida entre las conchas.
Brillaré entre los peces, y sus abiertas bocas
Repetirán tu nombre.
Y el mar estará lleno de ensangrentadas rosas.
Amante, no me busques dormida entre las conchas.
Atada a tu tristeza, sólo seremos sombra.
Yo te conozco, es cierto: tus manos me deshojan
y atónitas galernas de tu saliva soplan
En la onda caliente de mi desnuda costa.
Amante, no me busques dormida entre las conchas.
Luzmaría Jiménez Faro
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